16 Dic Disfunción eréctil causada por drogas y tóxicos
Dr. Jorge Di Iorio
Los medicamentos y el cigarro son sin duda uno de los principales causantes de impotencia en nuestra sociedad.
Fármacodependencia
Dentro de los medicamentos son varios los grupos implicados y su análisis pormenorizado excede los alcances del presente trabajo. En líneas generales podemos afirmar que los fármacos alteran la erección por varios mecanismos de acción que incluyen desequilibrios hormonales, neurológicos, disminución del flujo sanguíneo peneano efectivo, sedación o depresión entre otros factores.
Los medicamentos más frecuentemente involucrados como causantes de impotencia son los antihipertensivos, psicofármacos, antiácidos y antilipémicos.
Dentro de los tóxicos debemos considerar el alcohol y el cigarro, la cocaína, heroína, marihuana y opiáceos (morfina y derivados). Es importante destacar que existen categorías que se superponen como los opiáceos, que a pesar de tratarse de medicamentos los podemos encarar como tales o como tóxicos. La diferencia estriba en que son considerados medicamentos cuando indicados por un médico y tóxicos cuando no, siendo entonces encarados por el consumidor como una sustancia de consumo, de abuso (drogadicción), con la finalidad de obtener efectos sobre su estado de ánimo, de una manera que se aparta de las normas médicas y sociales, aprobadas por la cultura de su época.
Drogas e impotencia
Dentro de los medicamentos los antihipertensivos son sin duda los mayores responsables de disfunción eréctil. La hipertensión arterial es una de las enfermedades de mayor incidencia en hombres mayores de 40 años y puede ser, por sí sola causante de impotencia al acometer individuos con arterias peneanas (de por sí ya finas) ya con lesiones arterioescleróticas.
A esto se suma la disminución del flujo sanguíneo efectivo causado por la caída de la presión arterial, justamente el efecto farmacológico deseado por el médico al prescribir el medicamento. Todos los antihipertensivos pueden causar entonces disfunción eréctil en mayor o menor grado, los más frecuentemente involucrados son los beta-bloqueantes, diuréticos tiazídicos, reserpina, clonidina, alfametildopa y bloqueadores de los canales de calcio.
Los psicofármacos, medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central (antidepresivos, tranquilizantes mayores y menores, hipnóticos), pueden causar impotencia por varios mecanismos, tanto actuando directamente a nivel del sistema nervioso central, por medio de la disminución de la libido (deseo sexual), desequilibrios hormonales (hiperprolactina) u otras alteraciones.
Diversos medicamentos utilizados en el tratamiento de los pacientes portadores de patología digestiva afectan la erección. Antiácidos como la cimetidina, ranitidina y derivados, digestivos como la metoclopramida, aumentan frecuentemente la prolactina plasmática, además de ser utilizados generalmente en pacientes portadores de ansiedad y estrés importantes, como factores responsables de su patología de fondo.
Tabaquismo: Un gran enemigo
El tabaquismo es uno de los hábitos más antiguamente implicados como responsable de disfunción eréctil. El efecto de la nicotina sobre el tejido eréctil es constrictor, tanto a nivel del músculo liso cavernoso con la consiguiente dificultad para distenderse durante la fase de tumescencia, como a nivel vascular, con disminución de la vasodilatación necesaria para aumentar el flujo sanguíneo al interior del cuerpo cavernoso.
Estudios realizados en pacientes fumadores mediante eco-doppler color permitió evidenciar la reducción del calibre de las arterias cavernosas.
En otro estudio similar realizado a pacientes jóvenes luego de dosificar una determinada cantidad de sustancias vasoactivas intracavernosas que le provocaban erección luego de inyectada, se vio que la misma dosis solo provocaba erección en el 60% de ellos luego de fumar dos cigarrillos.
Fumar más de siete cigarrillos por día presenta conocidos efectos vasoconstrictores sobre las arterias peneanas, además de potenciar la arterioesclerosis. El paciente fumador presenta impotencia 50% más que el no fumador y el 70% de los hombres impotentes son fumadores.
El alcoholismo es otra de las causas
El alcohol, en cantidad excesiva, puede actuar tanto en el período inmediato por inhibición central, inclusive en el bebedor ocasional, como en el alcohólico crónico por medio de una polineuropatía alcohólica o una alteración del sistema nervioso central.
El uso crónico de tóxicos, como morfina, cocaína, marihuana y heroína se asocian a altos porcentajes de disfunción eréctil, si bien paradójicamente en experiencias aisladas con cocaína se puede experimentar sensación de euforia con deshinibición e incremento del goce sexual.
Diversos medicamentos como los antineoplásicos producen impotencia alterando el equilibrio hormonal androgénico, interfiriendo algún paso metabólico a nivel de la síntesis de testosterona o su transformación periférica en su metabolito activo la dihidrotestosterona. A este nivel actúa la ciproterona y buserelina, utilizados en patología tumoral prostática, que actúan descendiendo los niveles de testosterona a nivel de castración (“castración química”), mecanismo responsable de la disfunción eréctil.
Otros fármacos como el finasteride utilizado en la patología benigna de próstata (adenoma), actúa también descendiendo los niveles de testosterona sanguínea e intraprostática causando disfunción eréctil.
Algunos antiinflamatorios como los derivados de la indometacina pueden producir disfunción eréctil mediante la inhibición de la síntesis de prostaglandinas.
Mención especial merecen algunos régimenes para adelgazar en base a verdaderos “cócteles” deletéreos para la función sexual. Hemos visto, en un mismo paciente las siguientes asociaciones:
Anfetaminas (a veces varias combinadas): para disminuir el apetito y aumentar el catabolismo.
Betabloqueantes: para disminuir la taquicardia causada por las anfetaminas. Por sí solo causa impotencia.
Ansiolíticos (generalmente diazepam): para disminuir la ansiedad causada por las anfetaminas y hormonas tiroideas, además de colaborar en la pérdida del apetito. Por sí solo puede causar impotencia.
Diuréticos: para disminuir rápidamente de peso, pero a expensas de pérdida de agua y minerales. Por sí solo pueden causar impotencia.
Antiácidos (habitualmente cimetidina): para calmar los síntomas gástricos causados por las anfetaminas. Por sí solo pueden causar impotencia.
Hormonas tiroideas (T3 y T4): Para aumentar el catabolismo.
Si consideramos que la mayoría de estas sustancias pueden, aisladamente causar disfunción eréctil, su combinación produce en la enorme mayoría de los casos verdaderas alteraciones por intrincados mecanismos de acción.