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Drogas vasoactivas intracavernosas

Drogas vasoactivas intracavernosas

En la década del 80 el diagnóstico y tratamiento de las disfunciones eréctiles sufre un vuelco radical cuando el Dr. Ronald Virag (1982), describe la inducción de la erección peneana luego de la inyección intracavernosa del clorhidrato de papaverina.

En 1983, Brindley descubre el uso de la fenoxibenzamina intracavernosa y posteriormente Zorgniotti y Lefleur (1985) introducen la asociación fentolamina-papaverina para autoaplicación, protocolo muy utilizado actualmente.
En 1986, Ishi et al. y posteriormente Stack (1987), introducen la prostaglandina E1 con el mismo fin.


Vasoactivos Inyectables

Actualmente se conocen más de 20 fármacos vasoactivos, que al ser inyectados en el cuerpo cavernoso producen erección, entre ellos citaremos: la histamina, el moxysilite, y otros; aunque los más utilizados son las diferentes asociaciones de papaverina, fentolamina y prostaglandina, combinación conocida como trimix, desde su introducción por Alan Bennett en 1991.
Estos fármacos actúan de diferente manera en las diferentes fases de la erección: bloqueo alfa adrenérgico, relajamiento y vasodilatación arteriolar y sinusoidal, relajamiento de la musculatura lisa del cuerpo cavernoso.

El mecanismo de acción final, y la secuencia de los eventos no es aún bien conocida.
Cualquier paciente portador de disfunción eréctil de etiología psicológica u orgánica con buena respuesta eréctil, durante el test de erección (https://www.androclinica.com/1014-test-de-ereccion-farmacoinducida)  ésto es, obtener una erección con capacidad de penetración, será candidato al tratamiento con fármacos vasoactivos, principalmente bajo la forma de autoaplicación ó autoinyección.

Tratamiento clínico

Es la aplicación del fármaco vasoactivo intracavernoso, realizado por el médico en la clínica de manera periódica, al inicio habitualmente semanal para luego ir espaciándose según la evolución clínica.. Se utiliza para ello una jeriga para insulina de buena calidad, con aguja 28G x 1/2 o de menor calibre.

La autoaplicación

Es la aplicación del fármaco vasoactivo intracavernoso, realizado por el propio paciente previo al acto sexual.
Se utiliza para ello una jeriga para insulina de buena calidad, con aguja 28G x 1/2 o de menor calibre y en ciertos casos se puede recurrir incluso a dispositivos autoaplicadores (para aquéllos pacientes con dificultad para autoinyectarse).
El paciente deberá ser previamente entrenado acerca de como y donde realizar la autoaplicación.
Recibe nociones básicas de anatomía y realiza una o varias aplicaciones en la clínica, bajo estricta supervisión médica, en el curso de un test de erección con estímulo visual erótico (https://www.androclinica.com/1014-test-de-ereccion-farmacoinducida). Este test tiene una doble finalidad, por una parte, enseñar al paciente y por la otra, dosificar la cantidad del fármaco que le proporcione efectivamente una erección de 45 minutos a 1 hora de duración.
La frecuencia con que se realizará la autoaplicación será de una vez por semana y el paciente deberá ser orientado a entrar en contacto con el servicio frente a la ocurrencia de priapismo (erección mayor de 3 horas de duración), para lo cual se deberá contar con atención de emergencia las 24 horas.
Esta modalidad es la de elección en los pacientes portadores de diabetes, traumas medulares, disfunciones vasculares leves, y a veces, disfunciones psicogénicas que no mejoran con el tratamiento clínico, o que no responden a los medicamentos por vía oral (Viagra® y similares), aquellos que tienen una contraindicación formal para su uso (habitualmente cardiópatas en tratamiento con nitritos), o que por razones geográficas no pueden concurrir a una clínica especializada a realizar el tratamiento clínico (inyectado por el médico).
Iniciada por Virag en la década del 80 con la papaverina, está siendo sustituida actualmente por combinaciones de fármacos (prostaglandina-nicergolina-fentolamina-papaverina)  que presentan la ventaja de una menor incidencia de efectos colaterales (fibrosis, priapismo, hematoma y linfedema peneano) que aquella.

Seguimiento del paciente

El paciente será controlado al inicio semanalmente, durante la entrevista con el especialista, con la finalidad de evaluar la respuesta, realizar ajustes en las dosis y controlar eventuales disfunciones acompañantes ( eyaculación precoz, disminución de la libido, etc.).
Mensualmente se realizará un examen físico con especial atención en la minuciosa palpación del pene, tratando de descartar la aparición de nódulos fibróticos intracavernosos, ante lo cual se deberá suspender el tratamiento.

Evaluación

Algunos pacientes tienden a mejorar rápidamente, respondiendo con erecciones mayores, para igual dosis de fármaco; probablemente por la disminución de la ansiedad que le causaba la inyección y el acto sexual, anteriormente no satisfactorio.
Otros por el contrario, refieren una disminución de la respuesta, por lo que deberemos aumentar paulatinamente la dosis (¿posible desarrollo de tolerancia al medicamento?).

Complicaciones

Principalmente son locales: hematoma, edema, linfoedema, fibrosis y priapismo.

Comentario

Esta modalidad de tratamiento, cumple con dos objetivos:

  • posibilita al paciente, a veces al borde de perder a su pareja, tener una relación sexual satisfactoria, en muy breve período de tiempo luego de la consulta (entre 24 y 48 horas).
  • devuelve al individuo la autoconfianza, cuando el problema es pura o principalmente psicológico, a veces con cura definitiva del cuadro de impotencia. Ante la presencia de una patología orgánica asociada (hormonal, vascular, neurológica, causada por drogas), la cura definitiva o no, dependerá del manejo del factor etiológico.

En la mayoría de los casos, el mejor resultado se obtiene con terapia sexual de apoyo, asociada al uso de la autoaplicación.

Dr Jorge Di Iorio

Director de Androclinica

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