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Eyaculación y disfunciones eyaculatorias

Eyaculación y disfunciones eyaculatorias

Eyaculación y Orgasmo

Si bien la eyaculación y el orgasmo parecerían un mismo fenómeno, no siempre ocurren simultáneamente.

Fisiológicamente distinguimos tres fases:

Fase de emisión de esperma:

Esta dada por la contracción de próstata y vesículas seminales que vuelcan sus secreciones en la uretra prostática (uretra posterior) con los esfínteres vesicales externo e interno cerrados con lo que se crea una cámara de alta presión, esta uretra prostática posterior se expande, asociado con la sensación de eyaculación inevitable y el placer orgásmico, es el “punto de no retorno”, o “imposibilidad de evitar la eyaculación”. Esta fase es la única que puede ser inhibida voluntariamente.

Fase de eyaculación o expulsión: es la expulsión del esperma por el meato uretral al exterior, dado por la contracción de los músculos estriados perineales, principalmente bulbocavernoso e isquiocavernoso asociado a apertura del esfínter estriado externo de la uretra. Se considera esta, una fase refleja espinal incontrolable, desencadenada por el llenado de la uretra posterior en la fase anterior, con centro medular a nivel S2-S4.

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Imágen: Fases de emisión y expulsión

Fase de orgasmo: es la sensación placentera de índole psíquica en el cual participan emociones asociadas a vivencias almacenadas en la memoria. Los núcleos encefálicos del placer comparten muchas de las áreas estudiadas al respecto de la libido, como área septal, hipotálamo, núcleos pre-ópticos y todo el sistema límbico.

Disfunciones Eyaculatorias

Es donde encontramos las mayores divergencias en la especialidad, ya que si bien tenemos parámetros de normalidad cuali-cuantitativos a nivel del estudio específico del esperma, con una utilidad importantísima del punto de vista reproductivo, no hay acuerdo unánime acerca de patrones de normalidad en la eyaculación como mecanismo erótico placentero, no obstante reconocemos principalmente la eyaculación precoz, eyaculación retardada, eyaculación retrógrada, aneyaculación y anorgasmia.

Eyaculación precoz 

La eyaculación precoz pura o asociada a otra disfunción sexual, generalmente disfunción eréctil – impotencia – es sin duda uno de los principales motivos de consulta en andrología.

Es primaria cuando ocurre desde el inicio sexual y en la totalidad o casi totalidad de las relaciones y secundaria cuando luego de un período de tiempo de normalidad del paciente se presenta, generalmente asociada o causada secundariamente por una disfunción eréctil. En este caso el hombre presenta erección insuficiente o poco mantenimiento de la misma, frente a lo cual eyacula rápidamente en la tentativa de culminar la relación sexual antes de perder la erección.

Muchas dudas envuelven a esta patología, comenzando por la propia definición.
Hay quienes la definen de manera puramente cronométrica, con base en el tiempo transcurrido entre la penetración y la eyaculación, como:

  • Kaplan (1974): es la incapacidad de controlar la eyaculación para lograr el orgasmo de la pareja, por un período de aproximadamente cinco minutos.
  • Marmor (1976), lo define como la ocurrida dentro del primer minuto luego de la penetración.
  • Master & Johnson (1970), prefirieron contabilizar el número de veces que la compañera llega al orgasmo: es la incapacidad de controlar la eyaculación hasta lograr obtener el orgasmo de la compañera en por lo menos el 50 % de las situaciones eróticas.
  • Otros denominan eyaculación precoz verdadera sólo a aquélla que ocurre con diferentes parejas y antes de los 15 movimientos pelvianos (Colpi, 1986).

Mas recientemente nuestra asociación, “The International Society for Sexual Medicine” (ISSM) crea un comité de especialistas para el estudio “Ad Hoc” del tema, con el cometido entre otros de encontrar una definición científica. Dicho comité se reúne en octubre de 2007 en Amsterdam y comunica la definición oficial : Eyaculación Precoz Primaria es una disfunción sexual masculina caracterizada por:
a)    Eyaculación que ocurre siempre o casi siempre antes o durante el primer minuto posterior a la penetración vaginal.
b)    La incapacidad de retrasar la eyaculación en todas o casi todas las penetraciones vaginales.
c)    Causar consecuencias personales negativas como sensación de frustración y pérdida de la autoestima.

En nuestro servicio preferimos no encasillarnos en ninguna definición y pensamos que cualquier paciente que nos consulta por falta de control eyaculatorio que le incomode y le impida disfrutar plenamente del acto sexual, merece ser tratado; inclusive en aquellos casos en que el control sea prolongado, luego de la penetración, casos en los que en realidad, la etiología pueda estar en su compañera.

Es básicamente una disfunción asociada a disturbios psicológicos relacionados con experiencias sexuales precoces en la vida (Master & Johnson, op. cit.), o mecanismos de defensa y autoprotección (Salzman, 1972).

Puede existir también un -cuestionado- componente orgánico, ante diversas situaciones:

  • Inflamaciones y/ó infecciones del glande y prepucio, con la consiguiente hiperestesia local.
  • Uretritis y/ó prostatitis con dolor durante la erección, que inducen al paciente a eyacular rapidamente como una tentativa de disminuir la situación dolorosa.
  • Hipersensibilidad del glande, descrito por nuestro equipo (Tulli, Di Iorio, Vaccari, Trefilleti & Degni, 1992), que consiste en la hipersensibilidad de la región ventral del glande y frenillo, requiriéndose para su tratamiento la hiposensibilización por medio de medicación de contacto, y en ciertos casos mediante corrección quirúrgica (neurotripsia).

Como vimos, se trata entonces de una de las alteraciones más frecuentes de la sexualidad masculina, que trae aparejados múltiples trastornos a la pareja.

No se trata de una disfunción nueva, pero es frecuentemente motivo de consulta en la actualidad, donde la mujer ha asumido más activamente su sexualidad, esperando obtener placer de la relación.

De esta manera el hombre se ve obligado a complacer a esta nueva mujer, para lo que a veces busca forzar su sexualidad en procura de un desempeño sexual más adecuado. En esta búsqueda pueden surgir problemas como la disfunción eréctil -impotencia de causa psicológica- secundaria a esta eyaculación precoz, o una inapetencia sexual de igual etiología, ante la cobranza impuesta al hombre por su compañera o por factores socio-culturales y educacionales (mitos sexuales).

Otra situación es la que se presenta asociada o causada secundariamente por una disfunción eréctil. En este caso el hombre presenta erección insuficiente o poco mantenimiento de la misma, frente a lo cual eyacula rápidamente en la tentativa de culminar la relación sexual antes de perder la erección.

La estrategia del tratamiento debe adecuarse a cada caso particular, y los objetivos consistirán en:

  • Hiposensibilización del glande.
  • Medicación oral con el objetivo de demorar la emisión del esperma. En estos casos el tratamiento será realizado en base a:
    • antidepresivos del grupo de la imipramina (clorimipramina)
    • inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), principalmente sertralina, paroxetina y dapoxetina.


  • Corrección de las disfunciones asociadas (disfunción eréctil, inapetencia sexual).
  • Terapia sexual breve orientada a mejorar la técnica sexual.

Para finalizar creemos oportuno realizar ciertas aclaraciones sobre supuestos tratamientos de esta patología:

El uso de hormonas está completamente contraindicado y fuera de lugar en estos casos.

El uso de ciertas cremas o lociones a base de anestésicos locales no tiene ningún efecto curativo, sólo puede ser considerado un paliativo en ciertos casos. Además en dosis elevadas, éstos pueden provocar disfunción eréctil, por otra parte, además de la anestesia del glande, provocarán también anestesia de vagina y clítoris de la compañera, en detrimento del placer que ésta podría obtener. Por ser el efecto exclusivamente temporario, se deberá recurrir a los anestésicos ante cada nueva relación.

El consejo de intentar distraer la atención durante el coito, pensando por ejemplo, en situaciones catastróficas o desagradables, no tiene efecto positivo, sino que por el contrario atenta contra el disfrute sexual, y si bien pueden traer cierta mejora en jóvenes, en adultos se acompaña casi sistemáticamente de pérdida de la erección al interferir o abolir el estímulo erótico.

Eyaculación retardada

Se trata de pacientes que ante un estímulo sexual adecuado demoran de manera exagerada su eyaculación.

Eyaculación retrógrada

Consiste en la emisión de esperma hacia la vejiga, generalmente acompañada de sensación de orgasmo normal; se ve muy frecuentemente asociada a la cirugía de próstata.

Aneyaculación

Es la extensión de la situación anterior al límite de no obtener la eyaculación (emisión de esperma)

Anorgasmia


Es la imposibilidad de alcanzar el clímax sexual, el orgasmo.
Estas tres situaciones comparten características y etiologías. Aneyaculación y anorgasmia acostumbran presentarse simultáneamente.
Todas están relacionadas a conflictos emocionales, psicofármacos (principalmente antidepresivos), neuropatías como la diabética y la alcohólica y déficits hormonales (principalmente de andrógenos).
Las estrategias de tratamiento incluyen identificar los factores causales para su tratamiento, sustitución de los medicamentos responsables cuando los hay y frecuentemente asociación de terapia hormonal, vitamina E y terapia sexual, junto a otros fármacos específicos.

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