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Giacomo Casanova y el «Puente de los suspiros». Seducción a la italiana

Giacomo Casanova y el «Puente de los suspiros». Seducción a la italiana

Comienzo declarando al lector que, en todo cuanto he hecho en el curso de mi vida, bueno o malo, estoy seguro de haber merecido elogios y censuras, y que, por tanto, debo creerme libre.”                                                                                                

                                                                                                                              Giacomo Casanova

A veces la realidad supera la fantasía y esta parece ser la historia de Giacomo Casanova, el aventurero veneciano cuyo apellido es hoy sinónimo de seducción.

Corría abril de 1725 e Italia aún no existía, la República de Venecia se constituía en uno de los estados más ricos e importantes del mundo, y al día de hoy creemos que una de las ciudades más románticas. El 2 de abril nacía Giacomo Girolamo Casanova hijo de nómades comediantes venecianos que recorrían Europa con su arte. Ya desde la cuna lo acompañaría el arte, el romanticismo y la seducción. Recibió como era común en la época, una férrea educación cristiana.

A lo largo de su vida fue escritor, diplomático, médico, mago, bibliotecario, estafador y espía, entre otros oficios. Incursionó en la música, filosofía, matemática e historia. Realizó estafas de diferente porte, desde el “juego de la mosqueta” hasta importantes fraudes industriales. Se le considera uno de los creadores de la lotería estatal francesa en connivencia con su amigo el Rey. Tradujo “La Ilíada” de Omero. Escribió sobre disciplinas tan disímiles como Derecho Canónico y Derecho Civil.

Pero en ninguna de estas “disciplinas” hubiera trascendido a la posteridad, si no fuera por sus conquistas amorosas, ya desde la más tierna adolescencia, que le generaron además problemas y lo envolvieron en líos a lo largo de toda Europa.

De joven casi muere de una hemorragia aguda, lo envían a Padua dónde le curan. En agradecimiento toma los hábitos, su madre lo envía a un monasterio romano quedando a los cuidados del cardenal Aquaviva, que lo intentará introducir a la vida monásquica, pero tras enamorarse de la hija de su profesora de francés el cardenal lo expulsa de la orden.

Aprende filosofía con el senador Malipiero, pero prontamente se enemistan al “enredarse” con Teresa, la preferida del senador.

En 1749 debe abandonar Venecia perseguido por la Santa Inquisición, recorriendo el resto de los reinos de la península itálica dejando un tendal de conquista allí por donde pasara.

En 1753 retorna a Venecia, es arrestado por la Inquisición y encarcelado en la prisión de los Piomi  (Plomos en italiano) en un ala anexa al Palacio Ducal. Este sector tenía un techo de plomo (por eso el nombre) donde los detenidos solían escribir sus desventuras. El sector de la prisión esta unido, hasta el día de hoy con el Palacio Ducal por el “Puente de los Suspiros”, que recibe su nombre por ser el lugar donde las prisioneros verían por última vez el cielo y el mar a camino del patíbulo. Era la cárcel mas inexpugnable de Europa que ya había albergado otros personajes ilustres como Giordano Bruno y de la que nadie había conseguido escapar. Nuestro hombre consigue hacerlo con ayuda de un monje libertino preso como el en el calabozo superior al suyo, historia contada con lujo de detalle por los guías turísticos venecianos hasta el día de hoy.  Casanova se hace de una varilla de hierro que le saca punta para horadar el piso pero es descubierto y cambiado de celda, pudiendo llevar consigo la varilla. Es castigado y solo se le permite leer e intercambiar libros con otros prisioneros, siendo estrictamente vigilado. Es allí que complota con el monje a quien le pasa, oculto en una biblia la varilla de hierro con las instrucciones para que el monje, menos vigilado que el haga dos agujeros en su celda, uno al exterior y otro hacia la celda de Casanova. Ambos consiguen huir.

Ni lerdo ni perezoso, Casanova ve la oportunidad de mejorar sus ingresos con la producción de un libro con el relato de su fuga, el título: “La Fuga de los Plomos”. El libro fue un éxito a pesar que las autoridades venecianas al principio negaron su versión, mas tarde debieron admitirlo acorralados por las pruebas.

Se exilia en París donde se relaciona entre otros con Luis XV, Madame de Pompadour, Rousseau y Voltaire. Debe huir nuevamente perseguido por la Justicia acusado de estafa.

Es condecorado por el Papa Clemente Xlll, conoce al emperador Federico el Grande de Prusia, conoce a Catalina la Grande en San Petersburgo y a Mozart, de quien se cuenta

lo tomó como inspiración para su ópera “Don Giovanni”. Frecuenta los grandes salones y la alta vida social de la época a lo largo de toda Europa, siempre seguido de cerca y huyendo de autoridades civiles, militares y religiosas por sus estafas y líos de polleras.

Entre sus mujeres resalta Henriette, con quien estuvo varios meses y lo auxiliaba cuando estaba en apuros o enfermo.

En Barcelona es arrestado al “enredarse” con la esposa de un comandante militar.

En una visita de incógnito a su hija en Nápoles se hace amigo de su yerno, un importante conde de la época, quien no pudiendo embarazar a su hija le pide que se acueste con ella (sin saber que Casanova era su padre). Termina nuevamente “enredado” con su exesposa y con la madre de su yerno noble. Debe huir nuevamente, deambulando como varias veces por la Europa barroca de su época.

En sus últimos años escribe su obra cumbre, “Histoire de ma vie” (“Historia de mi vida”) entre 1789 y 1798, en francés, la lengua más culta y leída de su época, en la que retracta de manera minuciosa la vida burguesa de entonces y sus encuentros con todos los personajes ya mencionados y otros de menor jerarquía. La muerte lo sorprende con 73 años sin terminar el libro que fuera publicado de manera censurada, ya que comprometía personajes contemporáneos de importancia, además de relatos escandalosos para la moral de su época. Faltan así 27 años de su vida romántica que no terminó de documentar, relata 131 conquistas. Recién se publica la obra original en 3600 páginas, sin censuras en 1960.

Para la literatura y la lengua española “Don Juan Tenorio” es el arquetipo del conquistador. Pero es un personaje ficticio.  Giacomo Casanova fue un ser real, irrepetible, producto de su tiempo.

Conocé también la historia de Don Juan Tenorio: https://androclinica.com/don-juan-tenorio-seduccion-a-la-espanola

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Dr. Jorge Di Iorio

Director de Androclinica

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