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LSD y sexo ¿el sexo psicodélico?

LSD y sexo ¿el sexo psicodélico?

La dietilamina del ácido lisérgico, “LSD” o simplemente “ácido” en la jerga del consumidor es una droga denominada “psicodélica” y que fue como muchas otras descubierta originariamente por laboratorios médicos. El LSD fue sintetizado por el químico suizo Albert Hofman en 1938, trabajando para Sandoz buscando un nuevo fármaco para su uso en psiquiatría.

Durante sus estudios Hofman se intoxica y tiene las primeras impresiones del efecto alucinógeno con lo que decide al día siguiente experimentar nuevamente con dosis mayores. Pasaría a la historia como “el día de la bicicleta”. Ese día de 1943 al regresar a casa en bicicleta, por restricciones de guerra para otros vehículos, viviría una experiencia psicodélica extrema, con gran malestar general. Al llegar a su casa llamó un médico y pidió algo de leche a su vecina, pero terminó la jornada en cama con grandes alucinaciones, convencido que estaba poseído por un demonio y que su vecina era una bruja. Al día siguiente despertó normalmente.

El nuevo “fármaco” comienza a utilizarse en psiquiatría y ya desde el inicio llamó la atención por sus efectos alucinógenos, que prontamente fueron aprovechados por los adictos para sumar una nueva sustancia a las drogas de consumo, lo que llevó a su prohibición total en 1962.

Llegó a intentarse su uso en tratamientos para la “cura” de la homosexualidad y en el tratamiento de la frigidez.

El efecto principal, denominado “psicodélico” incluye alucinaciones a ojos abiertos y cerrados, disociación tiempo- espacio, etc. No tiene potencial adictivo pero si existen reportes de fallecimientos en el contexto de accidentes durante un “mal viaje” en el que el usuario, por ejemplo, creyendo que puede volar se arroja por una ventana o situaciones similares. Conocemos el caso en Italia de un paciente que bajo los efectos del LCD y creyéndose una naranja perseguida por un exprimidor se arrojó desde un dispensador de basura desde los pisos superiores de un edificio.

La forma de administración varía, y los efectos se ven a dosis mínimas, frecuentemente una “dosis” es solo la cantidad en que están embebidas pequeñas “estampillas” que se colocan sobre la lengua, el efecto es casi inmediato.

Obviamente el momento de uso es frecuentemente para el adicto la relación sexual, donde buscan potenciar su “viaje” psicodélico con su desempeño en la cama.

Pero lo que el adicto hombre no sabe es que mas allá de la experiencia alucinógena que busca (disociación cuerpo-mente, “desdoblamiento” y todo lo que configura su “viaje”) sus efectos en lo inmediato serán casi invariablemente una dificultad para obtener y mantener la erección y para interactuar con su pareja, principalmente debido a la desorientación que vive, a que está mas dedicado a vivir su “viaje” que a otra cosa. En el largo y mediano plazo acostumbra causar problemas de erección.

Dr. Jorge Di Iorio

Androclinica: www.androclinica.com

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